Me has arrebatado hasta mi inspiración, controlas mi estado de ánimo y además este juego está empezando a dejar de gustarme y ahora... no hay forma de volver atrás, eres un vicio.
Es como fumar, la primera vez te gusta poco pero te vas acostumbrando, y sin darte cuenta te acostumbras más rápido de lo que pensabas y poco a poco tu cuerpo te pide cada vez más nicotina... Eso eres tú, caladas y caladas de nicotina que se filtran entre mis labios, sabiendo que me estás matando pero dejas un extraño sabor dulce, una falsa sensación de calma que roza la locura, he de reconocer que esta situación es de todo menos cuerda, al igual que mi estado de ánimo.
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