"Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos".

B. Russell

miércoles, 4 de mayo de 2011

0.2

11 de Diciembre de 2009
"Todo, absolutamente todo, ocurre por algún motivo"
Ally se encontraba con un grupo de nuevos amigos en un viejo bar a las afueras de la ciudad en la que había decidido instalarse. Había conseguido un trabajo en la oficina de una conocida revista del país y celebraban su nuevo puesto de trabajo, era la excusa perfecta para reunirse un Sábado por la noche en aquel pequeño lugar, era viejo y en cierta medida un tanto oscuro, las paredes desprendían un hedor a antiguo y los suelos eran de madera de un color marrón indescriptible, una larga barra color azul cubría la mayor parte del espacio y el resto lo adornaba unos sencillos sillones de satén azul, apenas había espacio para moverse pero aquel antro se convirtió en su lugar favorito desde que celebró su 22 cumpleaños con sus amigas de toda la vida en un viaje improvisado a aquella ciudad, era el sitio perfecto para reunirte y hablar durante horas y a la vez el más cutre y alejado que podrías encontrar.
Vestía un vestido gris perla que había comprado esa misma mañana y lucía una larga melena ondulada de un color castaño claro, sus ojos, grandes, marcados y de un color azul cielo le daban a su cara un tono angelical que era difícil que pasara desapercibido, había sufrido una extraña metamorfosis desde hacía 4 años, siempre había sido una persona un poco descuidada, vestía ropa ancha por el complejo que le acompañaba desde pequeña por su gruesa silueta, siempre se recogía el pelo y no utilizaba maquillaje, pero ahora todo era diferente, desprendía seguridad y sencillez al mismo tiempo.
Sonaba She will be loved de Maroon 5 y un escalofrió le atravesó todo el cuerpo sin ninguna explicación, aunque hacía mucho tiempo que no sabía nada de él y su convicción de que le había olvidado lo suficiente como para que los recuerdos no le hirieran parecía no ser tan fuerte de repente...
Un grupo de tres chicos cruzaban el estrecho pasillo hasta llegar a los sillones de la esquina que quedaba aún libre, era el único hueco que aún quedaba vacío, a pesar de ser un lugar estrecho y simple siempre estaba lleno de gente, Ally no entendía muy bien la razón por la que aquel lugar hechizaba a todo el que entraba por primera vez, hasta tal punto que volvía a entrar en alguna otra ocasión, le gustaba imaginar cuantas personas conocidas se habían cruzado por casualidad en el estrecho pasillo, cuantas miradas se habían cruzado, cuantos besos y bailes se habían compartido y cuantos secretos eran los que guardaban esos anticuados y horteros sillones...
Perdida entre sus extraños pensamientos su mirada se posó en el grupo de tres chicos que reían y brindaban con cerveza justamente enfrente de ellos, era como si sólo escuchara sus voces, risas y el sonido de la música de fondo, como si nada más existiese a su alrededor. Había un chico guapo, o eso le parecía desde lejos, moreno y aparentemente alto, vestía vaqueros y americana de color negro y le llamo la atención su forma de sonreír, dulce, tranquila y familiar a la vez, todo parecía más o menos en orden hasta que sus ojos se encontraron y después...
Un solo segundo es suficiente para que todo se tambalee, para que toda tu vida gire en torno a un momento concreto, un lugar y sobre todo una sola persona, para que tú gires en torno a unos recuerdos y esos recuerdos en torno a ti misma y a partir de ahí todo lo que creías tener superado cae rendido a tus pies como la verdad más evidente que siempre había estado ante ti. Todo de lo que habías intentado huir durante años de repente te das cuenta que era inútil incluso intentarlo.

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