Hoy, para dejar bien a la vista mi masoquismo, voy a dedicarle una entrada a los
helados, porque
un verano sin helado no es verano, y por ello y con más razón aún, después del largo verano que me espera sin un sólo helado en mis manos, este es el mejor homenaje que podría darme.
¿No es inevitable que se te antoje repentinamente un helado de tu sabor preferido?
Con esta entrada se me hizo la boca agua!!! (L)
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