"Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos".

B. Russell

jueves, 9 de diciembre de 2010

Todo se va ordenando solo, sin querer.

Te dije mil cosas que no sentía en una sola semana, quemamos mi colchón a base de decirnos adiós, te grite en silencio que me estaba muriendo por dentro cada vez que tu piel me rozaba y tú hacías oídos sordos mientras decidíamos hacer el amor con la ropa, más bien a quemarropa porque todo estaba ardiendo alrededor, tú me mirabas con pasión en la mirada y mi cuerpo se derretía cada vez que te escuchaba respirar. Te miré de reojo mientras te ibas y sin decirte una palabra tú ya me habías entendido.
- Prométeme que lo harás...

- Sabes que lo haré porque los dos lo deseamos...
Hay algo que tienes pero no sabes lo que es. El hecho de querer cerrar heridas dice mucho de tí; a mi almenos me dice, que dentro de esa mirada que parece no saber donde está, se esconde una persona fuerte, una persona capaz y autosuficiente. 

Sé que te preguntas cada mañana el por qué de todo lo que te pasa...te lo preguntas y nadie te responde, ¿verdad? Es justo en ese momento cuando tu cabeza maquina y piensa todas esas cosas que luego por la noche no te dejan conciliar el sueño.

Pero no te preocupes, pronto todo esto cambiará y te convertirás no sólo en la persona que esperas ser, sino en alguien mucho más grande y lleno de vida.
Pasaría dias escribiéndote, intentando hacerte comprender que no todo es negro, ni todo es blanco. De un extremo a otro, existe una gama de tonalidades en las que se encuentran todas tus vivencias; miles y miles de colores pintan tu vida pero tú no lo ves, porque todo te parece oscuro.
Incluso un túnel tiene más luz que tu visión de las cosas! Dime, ¿por qué no te haces un favor a tí misma y te quitas la venda de los ojos? y no te olvides de quitarte también las tiritas del corazón.
Sabes que puedes, sabes cuáles son tus puntos débiles, pero también sabes cuáles son los fuertes. Conoces la esencia de todo, todo lo vives, todo lo sientes. Ahí tienes tu punto de partida; tu habilidad para sentir las cosas y ver más allá de lo que cualquier otro puede ver.

Usa esa humanidad de la que siempre te han hablado. Si no confías en tí, almenos hazlo en los demás; no todos son blancos, ni todos negros; pero eso ya lo sabes, ¿verdad que consigues ver sus tonalidades? pues aplica lo mismo en tí. No pierdas tiempo, empieza ya.

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